Sin embargo, no todo es belleza: detrás de los alucinantes espectáculos hay rutinas agotadoras y dolores físicos que pocas personas son capaces de soportar. Esto nos hace pensar que quienes desarrollan esta actividad muchas veces son personas que llevan su arte a un último nivel, donde la genialidad y la locura se confunden, y en el cual la perfección es algo que tienen siempre como un objetivo fijo.
Sin embargo, no todo es belleza: detrás de los alucinantes espectáculos hay rutinas agotadoras y dolores físicos que pocas personas son capaces de soportar. Esto nos hace pensar que quienes desarrollan esta actividad muchas veces son personas que llevan su arte a un último nivel, donde la genialidad y la locura se confunden, y en el cual la perfección es algo que tienen siempre como un objetivo fijo.
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